YOLA BERROCAL
lunes, 18 de junio de 2012
martes, 12 de junio de 2012
MON MAGÁN
MON MAGÁN
Mi nombre es Mon Magán y soy creativo editorial. Diseño libros, revistas, blogs... y creo contenidos para ellos. Además edito el metafanzine Pez. Ahora mismo acabo de preparar un documental colaborativo sobre fanzines y un (bi)anuario sobre éstos. [+]
domingo, 10 de junio de 2012
miércoles, 6 de junio de 2012
JOAQUIM VIDAL
Joaquim Vidal i Perpiñà (Sant Gregori, 1947) és un empresari i polític català. És conseller d'empresa de comerç i alimentació.
JOAQUIM VIDAL
El empresario gerundense Joaquim Vidal se convierte en el accionista mayoritario de 'El Punt Avui'sábado, 2 de junio de 2012
FRANCISCO IBAÑEZ
Nacido en Barcelona, Francisco Ibáñez trabajó en un banco, labor ésta que compaginaba con colaboraciones para revistas como Alex (1951), Chicolino,[2] y La Risa (1953).[1] Para esta última revista, creó portadas y series como Don Usura, El coleccionista de relojes, La familia Repollino y sobre todo Haciendo el indio, la primera de cierto éxito del autor, al ser reproducida también en el suplemento semanal de La Prensa de Barcelona.[2]
En el verano de 1957, Ibáñez decidió dedicarse por completo a la historieta y entró a formar parte de la plantilla de Paseo infantil, que desapareció al poco tiempo.[2] Pudo comenzar a trabajar, sin embargo, para la remodelada Hipo, Monito y Fifí (Marco, 1958), donde destacó entre todos los demás autores de la publicación gracias a Melenas y Kokolo, que anticipan la violencia de sus futuras creaciones.[3] Simultáneamente, empezó a a aportar páginas de chistes sobre un tema determinado o un deporte para las centrales de la revista El DDT de Bruguera. Como recuerda Armando Matías Guiu, "el chiste era el primer paso para conseguir un personaje de las revistas".[4]
En el verano de 1957, Ibáñez decidió dedicarse por completo a la historieta y entró a formar parte de la plantilla de Paseo infantil, que desapareció al poco tiempo.[2] Pudo comenzar a trabajar, sin embargo, para la remodelada Hipo, Monito y Fifí (Marco, 1958), donde destacó entre todos los demás autores de la publicación gracias a Melenas y Kokolo, que anticipan la violencia de sus futuras creaciones.[3] Simultáneamente, empezó a a aportar páginas de chistes sobre un tema determinado o un deporte para las centrales de la revista El DDT de Bruguera. Como recuerda Armando Matías Guiu, "el chiste era el primer paso para conseguir un personaje de las revistas".[4]
FRANCISCO IBAÑEZ
Será al año siguiente cuando aparezca la primera entrega de Mortadelo y Filemón en la revista Pulgarcito. Desde entonces y durante la década de los años 1960, Ibáñez fue creando y adaptando algunos de sus mejores personajes para diferentes revistas de la editorial: La familia Trapisonda (Pulgarcito nº 1418, 7 de julio de 1958), 13, Rue del Percebe (Tío Vivo, 1961), El botones Sacarino (El DDT, 1963), Rompetechos (Tío Vivo, 1964) y Pepe Gotera y Otilio (Tío Vivo, 1966).
ANTONIO FRAGUAS
Como humorista utiliza unos muy personales bocadillos de gruesa línea negra y un refinado lenguaje extraído directamente de la calle. «Inventor» de palabras y modismos léxicos («gensanta, stupendo, bocata, firulillo, esborcio, jobreído», etc.), es uno de los pocos humoristas con un oído sensible al lenguaje popular.
En su obra ocupa un lugar fundamental el costumbrismo y la crítica social. Su fuerte es la visión crítica de las situaciones de la vida cotidiana. Forges ha creado toda una extensa iconografía de personajes y situaciones cómicas que refleja la idiosincrasia y la sociología de la España contemporánea:
En su obra ocupa un lugar fundamental el costumbrismo y la crítica social. Su fuerte es la visión crítica de las situaciones de la vida cotidiana. Forges ha creado toda una extensa iconografía de personajes y situaciones cómicas que refleja la idiosincrasia y la sociología de la España contemporánea:
- Mariano, un burgués frustrado casado con una gordísima mujer llamada Concha, que representa a la represiva conciencia.
- Los náufragos en una isla aburrida que tienen que combatir la soledad con una hipertrofia de la fantasía.
- Los Blasillos que representan la España rural y eterna.
- Las viejas que conjugan informática y paletez.
- Los oficinistas cabreados.
- El matrimonio sepultado en una cama inmensa.
- El jefe potentado y gilipollas.
- El yuppi americanizado e idiota.
- El niñato pijo e imbécil.
- El alienado por el fútbol.
- El oficinista cabreado y subversivo.
- El descolgado que cierra bares.
- El pretensor de ventanilla.
- El enclaustrado en el búnker.
- El funcionario profundo.
- El político corrupto.
- El potentado reaccionario.
( FORGES )
ANTONI GAUDÍ
Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer.
Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.
Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.
ANTONI GAUDÍ
Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.
ANDY WARHOL
Su primera exposición individual fue en la galería californiana Ferusel.[4] [5] Era el 9 de julio de 1962 y marcó el debut del movimiento pop art en la costa oeste.[6] Cuatro meses más tarde, entre el 6 y 24 de noviembre, inauguró su primera exposición en Nueva York. Exactamente en la galería Stable, propiedad de Eleanor Ward. Allí incluyó El díptico de Marilyn, 100 latas de sopa, 100 botellas de cola y 100 billetes de dólar. Y fue allí donde conoció a John Giorno, con quién después coincidiría en la primera película warholiana: Sueño (1963).
En esa época empezó a pintar sus famosos dibujos de la sopa Campbell y de las botellas de Coca-Cola, a los consideraba tan iconos estadounidenses como Marilyn Monroe, Troy Donahue o Elizabeth Taylor. También fundó su estudio The Factory, por donde pasaron artistas, escritores, modelos, músicos y celebrities underground del momento. El taller, decorado con hojas de papel de aluminio color plata, estaba inicialmente en la calle 47. Después se mudaría a Broadway. Su obra empezó a ser muy conocida y desató ciertas polémicas sobre el papel del artista y la finalidad del arte.
En esa época empezó a pintar sus famosos dibujos de la sopa Campbell y de las botellas de Coca-Cola, a los consideraba tan iconos estadounidenses como Marilyn Monroe, Troy Donahue o Elizabeth Taylor. También fundó su estudio The Factory, por donde pasaron artistas, escritores, modelos, músicos y celebrities underground del momento. El taller, decorado con hojas de papel de aluminio color plata, estaba inicialmente en la calle 47. Después se mudaría a Broadway. Su obra empezó a ser muy conocida y desató ciertas polémicas sobre el papel del artista y la finalidad del arte.
ANDY WARHOL
Desarrolló unas imágenes personales a partir de objetos completamente impersonales, como billetes de dólar o nuevos productos de moda. Utilizaba imágenes propias de los periódicos, los carteles y la televisión para definir un olimpo particular, compuesto de símbolos de la cultura estadounidense: la silla eléctrica, las fotografías de cargas policiales contra manifestantes por los derechos civiles o los retratos de celebridades del momento.[7] La botella de Coca-Cola se convirtió, para él, en un tema pictórico. Sobre esto declararó:
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